Antonio Amador José Nariño y Álvarez del Casal, nacido el 9 de abril de 1765 en Bogotá, desempeñó un papel crucial en la independencia del Virreinato de Nueva Granada. Este político y militar colombiano, junto a figuras destacadas como Pedro Fermín de Vargas y Francisco de Miranda, se erige como un precursor de la emancipación en América Latina. Hoy, en Colombianos Ilustres, haremos un repaso de su vida y sus logros.
Precursor de la emancipación y sus desafíos
Uno de los hitos más significativos en la vida de Antonio Nariño fue la traducción, en 1793, de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, un documento que se convirtió en clave para la Revolución Francesa. Esta acción valiente pero temeraria lo llevó a ser aprisionado por los españoles, siendo liberado en 1810 en Cartagena, después de que ya se hubiera dado el llamado “grito de independencia”. Su liberación convenientemente le permitió participar en la organización del primer congreso neogranadino.
Su presidencia
En septiembre de 1810, Nariño asume la presidencia de Cundinamarca tras la dimisión de Jorge Tadeo Lozano. Se instala un congreso para formar un gobierno general, pero las tensiones entre las provincias y la antigua capital virreinal causan divisiones. Después de participar en la guerra civil contra figuras de la talla de Santander, Baraya y Girardot, Nariño propone una unión federalista para evitar la reconquista española.
En 1813, lideró una campaña militar contra las fuerzas realistas que amenazaban la región sur. A pesar de obtener algunos éxitos iniciales, enfrentó desafíos y se vio envuelto en la batalla de los ejidos de Pasto. La batalla no terminó como esperaba, y Antonio Nariño fue hecho prisionero por los realistas liderados por el Mariscal Melchor Aymerich en mayo de 1814. Esta sería la tercera vez que sería aprisionado, y a pesar de algunos intentos de liberarlo a la fuerza, no fue sino hasta 1820 que consiguió la libertad nuevamente.
Su participación en la vicepresidencia de la Gran Colombia
Después de un breve periodo de libertad en Europa, Antonio Nariño regresó a la escena política en 1821, siendo recibido por el mismísimo Simón Bolívar en Angostura. Aquí, Nariño ocuparía un cargo muy importante para el movimiento libertario, siendo designado vicepresidente interino de la Gran Colombia. Durante su vicepresidencia, desempeñó un papel crucial en la instalación del Congreso Constituyente. Sin embargo, su renuncia en julio de 1821 revela las complejidades políticas de la época.
A pesar de enfrentar acusaciones y críticas, Nariño fue elegido como senador en 1823, participando activamente en las sesiones del congreso. Aunque recibió varias acusaciones de diversas naturalezas durante su campaña en el sur, Nariño fue absuelto de todas las acusaciones en mayo de 1823.
Su último año
Luego de su absolución, Antonio Nariño solicitó licencia para trasladarse a un mejor clima debido a que se encontraba enfermo. Se instaló en la Villa de Leyva, donde mejoró temporalmente, pero en diciembre sucumbió a la tuberculosis y bronconeumonía, falleciendo el 13 de diciembre de 1823 a los 58 años de edad.
La vida de Antonio Nariño estuvo marcada por su valiente lucha por la emancipación. Sus desafíos políticos y militares, y por su voluntad de seguir contribuyendo a su país a pesar de las horribles circunstancias que atravesó. Así como él, hay muchos más héroes a los cuales les debemos la libertad que gozamos en el presente en nuestra región. Para conocerlos, visita Colombianos Ilustres.
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