Su origen
Siempre hay algo especial en esas historias donde las mentes brillantes emergen de contextos modestos. Así es como empieza la historia de José Jerónimo Triana, un colombiano nacido el 22 de mayo de 1828 en Bogotá. Su familia, a pesar de no tener demasiados recursos, dejó su huella en la vida nacional. Sus padres fueron doña Josefa Paula Silva y don José María Triana. Este último era un educador sobresaliente y respetado en su disciplina, incluso introdujo los famosos métodos pedagógicos de Pestalozzi (un pedagogo reconocido internacionalmente).
Los Primeros Pasos de José Jerónimo Triana en la Educación y la Botánica
Siempre es curioso cómo los caminos más intrincados llevan a las revelaciones más sorprendentes. Triana comenzó su viaje educativo en el Colegio del Espíritu Santo, bajo la tutela de quien sería su amigo, don Lorenzo María Lleras. No solo fue alumno, sino que con el paso de los años también se convirtió en profesor de botánica y director adjunto. La influencia de su padre estaba más que clara en el talento de José, y este no tardaba en demostrarlo. Por otro lado, su pasión por las plantas estaba empezando a germinar.
En 1851, entró de lleno en la Comisión Corográfica como jefe de botánica. Su pasión por la botánica no pararía de crecer, y durante los 6 años en este trabajo exploró la flora de su país como si cada hoja fuera un capítulo de una novela. En 1857 dejó este trabajo, pero habiendo recopilado un herbolario con nada más y nada menos que 2200 plantas recolectadas.
Más botánica
Tras casarse con Mercedes Umaña Bustamante, se aventuró a Francia en 1857. Allí, conoció a grandes figuras de la botánica europea, incluyendo a Jules Émile Planchon y Jean Jules Linden. Pero no fue un camino fácil, pues enfrentó dificultades con el gobierno granadino y una falta de apoyo económico. Aun así, completó su obra sobre las especies útiles de la Nueva Granada con ayuda de las ya mencionadas figuras y de su determinación y compromiso por su labor.
Diplomático, Empresario y Científico
Más allá de su talento como educador y su trayectoria como botánico, José Jerónimo era bastante multidisciplinario. Desde 1874 hasta su partida en 1890, fue el cónsul general de Colombia en París. Pero eso no fue todo: era miembro de la Legión de Honor y la Sociedad Nacional de Agricultura de Francia. Se presentaba constantemente a los congresos científicos. Además, su labor también obtuvo importantes reconocimientos, como los dos premios que obtuvo en 1867 y 1878, gracias a la exposición de su herbario en las exposiciones universales que se realizaron.
Otra muestra de lo multidisciplinario que era es su paso por la medicina, pues también fue un médico profesional, uno que incluso creó una línea propia de farmacéuticos que serían vendidos en Francia.
Su imborrable legado
Triana no solo dejó una huella en la historia de la botánica en Colombia. Sus obras, como “Nuevos géneros y especies de plantas para la flora neogranadina” y “Flora colombiana”, siguen siendo valiosas referencias para todos los botánicos actualmente. Su trabajo como médico también es de valorar, y por supuesto, su etapa como un excelente educador también está presente entre sus grandes logros.
Así fue la vida de José Jerónimo Triana, un hombre cuyo amor por las plantas se entrelazó con su espíritu creativo y su amor por el conocimiento. Su vida nos enseña que no hay límites para la pasión y la dedicación, y que incluso desde los rincones más modestos pueden surgir grandes figuras históricas.
Colombia está llena de historias tan inspiradoras e impresionantes como la de José Jerónimo Triana, si quieres conocerlas, visita Colombianos Ilustres.
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